La kombucha es una bebida fermentada llena de probióticos que favorecen la salud intestinal. Además, su sabor refrescante la convierte en la bebida ideal para cualquier momento del día. A continuación, te enseñaré cómo hacer tu propia kombucha en casa de forma sencilla y con ingredientes que puedes encontrar en cualquier tienda.
Preparar la kombucha es un proceso que lleva un poco de tiempo, pero te prometo que el resultado vale la pena. El tiempo de preparación es de 15 minutos, el tiempo de cocción es de 7 días y la dificultad es baja, ¡así que no te preocupes, es más fácil de lo que parece!
Ingredientes para 8 personas:
- 4 bolsitas de té negro
- 1 taza de azúcar
- 3 litros de agua
- 1 disco de kombucha (puedes conseguirlo en tiendas naturistas o en línea)
- 1 taza de kombucha ya fermentada (compra alguna en la tienda o pídele a un amigo que te dé un poco)
Preparación:
¡Hola, aventurero de la fermentación casera! Empieza por hervir un litro de agua y, una vez que esté en ebullición, agrégale las bolsitas de té negro y deja que se cocinen durante 5 minutos. Luego, retira las bolsitas y añade el azúcar, mezclando hasta que se disuelva por completo.
Ahora, agrega los otros 2 litros de agua a una jarra grande y vierte el té endulzado sobre ella. Asegúrate de que la mezcla esté a temperatura ambiente antes de continuar, ¡no queremos dañar a nuestra querida madre de kombucha con el calor!
Introduce el disco de kombucha en la jarra junto con la taza de kombucha ya fermentada. Cubre la boca de la jarra con una tela transpirable y sujétala con una banda elástica. Ahora solo queda esperar. Deja reposar la mezcla a temperatura ambiente, lejos de la luz solar directa, durante 7 días. Durante este tiempo, la combinación mágica de bacterias y levaduras estará haciendo su trabajo para transformar tu mezcla en deliciosa kombucha.
Después de 7 días, prueba tu kombucha casera. Debe tener un sabor ligeramente ácido y carbonatado. Si está a tu gusto, retira el disco de kombucha y la kombucha ya fermentada. Puedes beberla directamente o disfrutarla con sabores adicionales, como frutas o hierbas. ¡La creatividad es el límite!
¡Felicidades, has creado tu propia kombucha! Ahora puedes disfrutar de esta deliciosa bebida llena de beneficios para tu salud. Recuerda, no te agobies si parece complicado al principio, todo es cuestión de práctica y paciencia. ¡Ahora es momento de brindar y disfrutar de tu preparación!
Y voilà, ¡ahí lo tienes! La kombucha casera está lista para ser disfrutada. Así que, ¿cómo te ha salido tu kombucha? No dudes en dejarme tus comentarios y contarme tu experiencia en este apasionante viaje al mundo de las bebidas fermentadas. ¡Salud y buenos deseos en cada sorbo!
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